Fundamentos teológicos presentes en el Corán para una convivencia pacífica con otras religiones IV

 

fundamentos

Exposición de los ideales del Islam, presentados en el Corán, la Sunnah y la historia islámica, para la convivencia pacífica de una sociedad con pluralismo y diversidad

 

El origen de la palabra Islam se encuentra en su original árabe salam que significa paz, y uno de los nombre de Dios es as-Salam, El Pacificador. Por lo que la vida y la coexistencia pacíficas representan la piedra fundamental del mensaje del Islam.

Dada esta realidad, el Corán ha estado siempre orientado a terminar con las luchas tribales, étnicas y religiosas, y promover la coexistencia pacífica. A continuación se mencionan algunos conceptos coránicos específicos que llaman a preservar la dignidad humana, ejercitar el respeto, y lograr la coexistencia pacífica en este mundo.

Ejemplos en el Corán

Libertad de culto: El Corán enseña el respeto al pluralismo religioso.

“Te hemos revelado el Libro con la Verdad, que corrobora y mantiene vigente lo que ya había en los Libros revelados. Juzga, pues, entre ellos conforme a lo que Allah ha revelado y no sigas sus pasiones apartándote de la Verdad que has recibido. A cada nación de entre vosotros le hemos dado una legislación propia y una guía. Y si Allah hubiera querido habría hecho de vosotros una sola nación, pero quiso probaros con lo que os designó.” (5:48).

Y diles: La Verdad proviene de vuestro Señor. Quien quiera que crea y quien no quiera que no lo haga.” (18:29).

No es aceptable la coacción en las creencias religiosas: El Corán prohíbe la conversión forzada así como cualquier obstáculo a la libertad religiosa.

“No hay coacción en la religión” (2:256).

Respeto por otras religiones: El Corán prohíbe a los musulmanes usar un lenguaje ofensivo acerca de otras religiones, sus profetas y seguidores:

“No insultéis a quienes invocan a otras divinidades en lugar de Allah, no sea que reaccionen hostilmente e insulten a AllahAllah sin tener conocimiento acerca de lo que dicen. Así es como hemos hecho que parezcan buenas sus obras a cada comunidad, pero finalmente todos comparecerán ante Él y les informará de lo que hacían” (6:108).

En este versículo se utiliza la palabra, ummah (comunidad religiosa) y zaiyánna (buenas y atractivas) y son combinadas para evidenciar que Allah hizo los mandamientos de cada comunidad atractivos y llamativos para sus seguidores. Por lo tanto, el Corán pide a los musulmanes que muestren respeto por esas religiones y no insulten al objeto de su adoración. Este tipo de orden, que se encuentra en el Corán, busca asegurar que el pluralismo religioso sea respetado y protegido.

Protección por los lugares de culto: Dice Dios en el Corán:

“Ellos [los creyentes] fueron expulsados injustamente de sus hogares sólo por haber dicho: Nuestro Señor es Allah. Si Él no hubiera hechohecho que los creyentes vencieran a los incrédulos, se habrían destruido monasterios, iglesias, sinagogas y mezquitas en donde se recuerda frecuentemente el nombre de Allah” (22:40).

Respeto por el ser humano, más allá de su religión:

“¡Oh, humanos! Os hemos creado a partir de un hombre y una mujer, y os congregamos en pueblos y tribus para que os conozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Allah es el más piadoso. Ciertamente, Allah es Omnisciente y está bien informado de lo que hacéis” (49:13).

El Profeta Muhámmad (P y B) dijo en una de sus enseñanzas:

“¡Oh gente!, vuestro Señor es Uno y tu padre (Adán) es uno. No hay superioridad de un árabe sobre un no árabe, ni de un no árabe sobre un árabe, ni de un blanco sobre un negro, ni de un negro sobre un blanco, [la medida de la superioridad a los ojos de Dios] es la devoción y la rectitud”.[1]

El diálogo debe tener lugar en una atmosfera respetuosa

El Corán enseña a hablar respetuosamente en todo momento, pero especialmente en las situaciones en las que puede existir desacuerdo.

“Debatid con la Gente del Libro de buen modo, y no lo hagáis con quienes sean irrespetuosos. En esos casos decid: “Creemos en lo que nos ha sido revelado a nosotros así como en lo que os ha sido revelado a vosotros. Nuestra divinidad y la vuestra es una sola, y a Él nos sometemos” (29:46).

Ejemplos en la Sunnah

Muhammad en los comienzos de su misión profética sufrió la persecución y un boicot socioeconómico que forzó a los musulmanes a vivir en una situación de aislamiento y pobreza. Pero, cuando una severa hambruna afectó a los mecanos, su acérrimo enemigo Abu Sufián se aproximó a él y le dijo: “Muhámmad, ora por los mecanos. porque están muriendo a causa de la sequía”. Muhámmad (P y B) levantó sus manos en oración, y Allah envió una fuerte lluvia, por Su misericordia, para terminar la hambruna[2]. Este ejemplo nos enseña que aunque consideremos ser perseguidos ideológicamente, aislados socialmente y discriminados económicamente por nuestra religión eso no debe impedirnos practicar el bien y cooperar por el bienestar de la sociedad. Así Muhammad nos enseñó a ser gente de paciencia, sabiduría, respeto y justicia. Solidarios como comunidad que se esfuerza por la justicia y el bienestar de todos, sin tener en cuenta la raza, el color o la religión de las personas.

Cuando Muhámmad (P y B) emigró a Medina, se estableció la primera sociedad Islámica. El Profeta (P y B) hizo un gran esfuerzo por hacer de Medina una ciudad modelo de coexistencia pacífica. No fue una tarea fácil, ya que tuvo que reconciliar a tres grupos, frecuentemente hostiles entre sí:

  • Las tribus politeístas: Llamadas ‘Aws y Jazray. Algunos de sus integrantes eran amistosos, pero otros eran muy hostiles a los inmigrantes. Muhámmad (P y B) negoció con ellos reglas para una convivencia pacífica.
  • Las tribus judías: Estas tribus habían emigrado a Medina y a pesar de que habían adoptado la vestimenta, el idioma y costumbres árabes, se habían mantenido fieles a su herencia religiosa judía.
  • Los musulmanes: Estos se dividían en dos grupos: los Muhayirún (emigrantes de La Meca), y los medinenses que habían aceptado el Islam, los Ansar (auxiliadores).

Muhámmad (P y B) primero estableció unidad entre los grupos musulmanes, y luego se reunió con los líderes de las diversas tribus judías y politeístas, y los persuadió de firmar un tratado de convivencia pacífica y defensa mutua. Algunos de los puntos del pacto con los judíos decían:

  • Los judíos son una ummah (comunidad) con los musulmanes. Los judíos profesarán su religión, y los musulmanes profesarán la suya.
  • Si son atacados por un grupo foráneo, musulmanes y judíos deberán acudir en defensa uno del otro.
  • Las partes se consultarán entre sí, y las relaciones deberán ser fundadas en la rectitud.
  • Ninguno de los dos grupos hará nada para perjuicio del otro.
  • La ciudad de Medina será un espacio seguro e inviolable para todos los que firman este tratado[3].
Es importante mencionar que el texto de este acuerdo no estableció en ningún momento diferencia entre la tribu de los Aws y la de Al-Jazray ya las dos forman parte de la comunidad de los Ansar. De la misma manera que la distinción tribal fue ignorada, igualmente la segregación religiosa fue superada pues el acuerdo se dirige a ‘la comunidad de Yazrib la cual es integrada por los pobladores de la ciudad, ya sean musulmanes, judíos y paganos’.

Luego de establecida la sociedad de Medina, los cristianos de Nayrán fueron donde el Profeta Muhámmad (P y B) con una delegación de sesenta personas. Después de dialogar con él ambos grupos llegaron a un acuerdo que establecía los siguientes derechos de convivencia: “Los cristianos de Nayrán y de sus alrededores están bajo la protección de Dios y la responsabilidad de su profeta Muhámmad. El mensajero de Dios es garante de la seguridad de las personas, los bienes, la religión, las tribus y sus actividades económicas. No se destituyen los obispos y ni se expulsan los monjes, y no es permitido humillarlos ni burlarse de ellos. El ejército musulmán no puede ingresar en su suelo ni inmiscuirse en sus asuntos internos”.

Esta convivencia entre las tres religiones dio nacimiento a algunas leyes fundamentales en el Islam. Así, en materia matrimonial, el musulmán es libre de contraer matrimonio con una mujer judía o cristiana. La esposa judía o cristiana tiene los mismos derechos y los mismos deberes que la esposa musulmana, y es absolutamente libre de no abjurar de su religión y practicar libremente su culto tanto en la casa de su esposo como en los lugares de culto de su religión. Dios Dice en el Corán:

[se os ha permitido casaros con] las mujeres recatadas de entre las creyentes y las recatadas de entre aquellos que recibieron el Libro antes que vosotros [judíos y cristianos], a condición de que les deis su dote para casaros con ellas, no para fornicar o tomarlas como amantes” (Corán 5:5)

Otro ejemplo son las reglas sobre alimentación, por la cual los musulmanes pueden consumir la carne de los animales sacrificados según los ritos de los cristianos y de los judíos así como su comida en general. Dios dice en el Corán:

Hoy se os ha permitido todo lo beneficioso. El alimento [los animales sacrificados] de quienes han recibido el Libro [la Tora y el Evangelio] es lícito para vosotros, y vuestro alimento es lícito para ellos” (5:5).

El Tratado de Hudaibiah

Luego de sufrir el asedio de los aliados y salir victoriosos, la vida política de Medina se volvió estable. Las tribus árabes, temerosas de las amenazas de los mecanos, hicieron tratados de apoyo mutuo y cooperación con los musulmanes. Al año siguiente, Muhámmad (P y B) quiso hacer la ‘umrah (la peregrinación menor) a La Meca. Cuando anunció su intención le informó a la gente no debería viajar armada con armas de guerra, sino lo esencial para la autoprotección durante un viaje por el desierto. Vestidos con las prendas del peregrino (ihram), cerca de 1.400 musulmanes iniciaron su viaje a La Meca. Pero cuando llegaron a Hudaibiah, en las afueras de la Meca, les fue impedido ingresar a la ciudad sagrada. El Profeta (P y B) buscó la manera de resolver el asunto pacíficamente. Finalmente llegaron a un acuerdo, y aunque muchos musulmanes lo consideraban desventajoso[4], la visión de largo alcance del Profeta prevaleció. Este acuerdo de paz y convivencia pacífica tenía entre otros los siguientes artículos:

1.  No habrá guerra entre las partes por diez años.

2.  Durante este periodo, cada persona perteneciente a las dos partes deberá estar a salvo y seguro, y ninguno de ellos levantará las espadas contra el otro.

3.  Si alguien de La Meca emigra a Medina debe ser devuelto; si un musulmán emigra a La Meca, él o ella no deberá ser enviado de vuelta[5].

4.  Las tribus de Arabia serían libres de hacer un tratado con cualquiera de las partes.

5.  Los musulmanes deberían retornar a Medina sin hacer la peregrinación menor (‘umrah) este año. Pero al año siguiente, podrían cumplirla y permanecer en la ciudad por tres días[6].

Este tratado muestra que el Profeta (P y B) prefería la paz incluso a costa de desilusionar a algunos de sus más cercanos seguidores. El sabía que la vida pacífica les permitiría a los musulmanes dialogar con los no musulmanes, viajar libremente y construir relaciones con otras tribus. Este tratado es un excelente ejemplo sobre cómo ir más allá de la apariencia inmediata, siendo generoso con los demás para lograr la paz.

Ejemplos en la historia del Islam

Cuando el califa ‘Omar ibn Al-Jattab ingresó a Jerusalén se abstuvo de hacer una oración en la iglesia de la Resurrección para que no fuera transformada en mezquita por los musulmanes.

‘Amr Ibn Al-‘as, tras la conquista de Egipto, garantizó a los cristianos la protección de las iglesias y la libertad de culto.

Jálid Ibn-Al-Walid se comprometió a garantizar la libertad de culto con los cristianos de Iraq y de Siria con el siguiente texto: “los cristianos pueden tañer las campanas de sus iglesias en cualquier momento del día y la noche, excepto en los momentos que los musulmanes están orando y pueden sacar los crucifijos en sus días de fiesta’.

A pesar de estar en ruinas en la actualidad, Bagdad fue una vez la sede de una gran civilización. Durante el período Abbásida (750-1258), su población fue étnica y religiosamente diversa y la libertad de pensamiento y expresión eran comunes. En la introducción a su libro Cristianos en el Corazón del Gobierno Islámico (Brill: 2003), David Thomas escribe:

Bagdad se volvió el centro de una sociedad civil donde miembros de diferentes creencias interactuaban con confianza y libertad, las influencias intelectuales y religiosas se extendían en todas las direcciones, y las relaciones entre expertos, profesionales y muchos de la población común florecían en formas que negarían cualquier simplismo sobre cómo los musulmanes trataban a sus protegidos zoroastrianos, judíos y cristianos”[7].

 

Conclusión

Hoy en día, ninguna comunidad religiosa puede vivir aislada del mundo. Todas las religiones deben abrir sus puertas a las demás, permitiendo de esta forma que sean estudiadas, observadas, abrazadas o rechazadas.

El siglo XXI presenta nuevos desafíos, difíciles para los musulmanes. Por un lado, muchas fuerzas dentro de los medios occidentales están comprometidas en clasificar a los musulmanes como terroristas y usan su influencia en los medios de comunicación masivos para fomentar el prejuicio. Por otro lado, la población musulmana está creciendo. El Islam está emergiendo como una fuerza evidente en sociedades que tienen muy poca exposición a la diversidad religiosa. Occidente se está transformando en una región en la que diferentes grupos étnicos y religiosos tratan de vivir juntos y en paz. En respuesta a esta creciente diversidad, de la cual los musulmanes somos una parte significativa, los musulmanes deberíamos volvernos más activos en convocar al diálogo interreligioso, para recuperar nuestro papel ante los ojos de la sociedad como trabajadores por la paz y la convivencia.

Recordemos una vez más que el diálogo interreligioso no tiene como objetivo crear una religión laica o sacrificar los fundamentos de la religión, sino que significa un esfuerzo para la convivencia pacífica y el bienestar general.

Es importante para nosotros hacer énfasis para que los programas de diálogo interreligioso tengan participación de los musulmanes es debido al hecho de que el Islam es generalmente mal entendido en Occidente y los musulmanes que aquí viven se sienten muchas veces discriminados y bajo ataque. Es por eso que el Islam necesita ser explicado al público e incluso a los musulmanes mismos. Porque es importante destruir falsos mitos y prejuicios, para que la gente vea que la apabullante mayoría de los musulmanes desaprueba la violencia y el terrorismo, y sí quiere una convivencia pacífica y respetuosa.

Esperamos que esta investigación ayude a percibir cómo el Islam está volviendo a emerger en la escena mundial en un marco de una identidad propia firme, en el trabajo para la paz, la justicia y el diálogo.

 

Por: Muhammad Isa García



[1] Narrado en el Musnad del Imám Áhmad ibn Hanbal. Hadiz No. 22978.

[2] Narrado en Sahih al-Bujari, “Libro de la Interpretación del Corán. Capítulo: comentario sobre ‘¡Señor nuestro! Remueve este castigo de nosotros, pues nosotros realmente creemos,’” Hadiz No. 4547.

[3] Al-Mubarakpuri, Ar-Rahiq al-Majtum, 99-104 (Capítulo: Un tratado con los Judíos); Ibn Hisham, As-Sirah as-Nabawiyah, vol. 1, 178-79 (Árabe).

[4] Al-Mubarakpuri, Al-Rahiq al-Majtum

[5] Este artículo impedía a los musulmanes oprimidos y perseguidos en La Meca emigrar a Medina, y fue, principalmente el artículo sobre el que existía mayor reticencia entre los musulmanes. 

[6] Ver al-Mubarakpuri, Al-Rahiq al-Majtum

[7] David Thomas, Cristianos en el Corazón del Gobierno Islámico (Leiden: Brill Academic Publishers, 2003), VII.

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