Aplicar la Sunnah con delicadeza
En su comentario sobre el clásico tratado jurídico islámico “Al-Mumti`”, el Sheij Muhammad ibn Salih Al- Uzaymin, escribió: "No es correcto que un musulmán trate de llevar a cabo una acción sunnah causando algún daño a otros.”
Es una inteligente observación de uno de los más ilustres eruditos contemporáneos y que tiene importantes implicaciones.
Es muy loable poner en práctica la Sunnah de nuestro Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) siempre que podamos. Debemos esforzarnos por mostrar el excelente ejemplo de su carácter (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él). De echo, es una característica del verdadero creyente querer imitar al Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y una forma de ganarnos la recompensa de Allah (Enaltecido Sea). Cuánto más y mejor imitemos el ejemplo del Profeta (La paz y las bendiciones sean con él), mejores seremos.
Sin embargo, hay cosas que debemos considerar cuando se trata de poner en práctica una Sunnah concreta. La principal es asegurarnos que estamos siguiendo el espíritu general de la Sunnah cuando realizamos cualquier acto y que nunca permitamos que nuestra práctica de la Sunnah sea una justificación para hacerles daño a los demás.
Empecemos con un ejemplo simple: el miswak o cepillo de dientes natural. Cepillar los dientes con un miswak era una de las prácticas que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) solía recomendar. Es, entonces, una práctica que los musulmanes realizan buscando la recompensa de Allah. Sin embargo, esto no significa que el uso del miswak se realice de manera correcta cuando no se respecta a los demás en la mezquita haciendo ruidos desagradables, escupiendo, e incluso empujando al prójimo con sus brazos.
Se puede aplicar lo mismo cuando se trata de besar la Piedra Negra durante la Peregrinación u otros ritos de adoración donde hay problemas de hacinamiento. En estos casos, un musulmán debe recordar el significado de adoración y el espíritu con el que los actos de adoración deben realizarse. Un musulmán debe también tener presentes los derechos del prójimo a un trato fraternal.
Deberíamos realizar con entusiasmo la práctica de la Sunnah en los actos de adoración, pero sin olvidarnos de respetar los derechos de nuestros hermanos y hermanas musulmanes. Se supone que debemos desear para nuestros iguales lo mismo que queremos para nosotros y deberíamos detestar tratar a los demás como no queremos que nos traten. Por ello, se debe alentar la realización de actos sunnah, pero es mejor abstenerse de realizarlos si con ello se causa daño o malestar a otras personas.
Otro sencillo ejemplo, es el hecho de alinear las filas antes del rezo en congregación. Algunas personas exageran cuando empujan y se estiran molestando a sus hermanas y hermanos musulmanes. Justifican sus acciones diciendo que quieren alinear sus tobillos y hombros. Hasta pueden llegar a fruncir el ceño a sus compañeros de filas durante el rezo.
No hay duda de que ordenar las filas es una forma de perfección de los rezos, pero no debe hacerse a costa de irritar y distraer a las personas de sus oraciones. El enderezar las filas debe llevarse a cabo con toda la amabilidad, discreción, buenos modales y buen gusto posibles. No debemos olvidar el principal objetivo del rezo en congregación, que consiste en reunir los corazones en un mismo acto de adoración, aún cuando tratamos de perfeccionar el rezo.
Esto se aplica tanto a los imames que dirigen el rezo como a las personas que se encuentran en las filas. Es bueno que el imam preste atención a la rectitud de las filas, pero debe tener en cuenta las circunstancias de los fieles, especialmente los ancianos, los enfermos y los recién llegados a la mezquita.
El Imam debe dar prioridad al fortalecimiento de los lazos de buena voluntad entre los creyentes y cultivar el amor por la Sunnah en sus corazones. Debe hacer esto demostrando amabilidad y siendo afable con ellos. Debe enseñarles con tacto y corregirles sin ser severo, lo que facilitará que quieran seguir su ejemplo.
Asimismo, cuando seguimos la Sunnah de saludarnos unos a otros con el salam -el saludo de paz- debemos considerar la forma en la cual lo hacemos. No es suficiente con soltar las palabras, ya que si en el momento de pronunciarlas nuestra cara muestra mal humor, fruncimos el ceño y el tono de voz es duro, no estamos dando la bienvenida. Una cara sonriente y un tono de voz agradable deberían acompañar siempre al saludo de paz.
Lo que debemos tener en cuenta al iniciar el saludo también es válido para la respuesta al mismo. No es correcto responder a un saludo con un tono de indiferencia o irritación, sino que se debe contestar de igual o mejor manera.
Estas consideraciones de respeto, buen gusto y buenos modales se aplican a todos los aspectos de la buena conducta del musulmán, tales como dar consejos, llamar a la rectitud, ser hospitalario con los invitados y honrar a los padres.
Por: Shej Muhammad Al Hamad
Traducido por: Umm Abdulkarim
Fuente: http://islamicstudies.islammessage.com/Article.aspx?aid=368