¿Por qué Odiáis a Muhammad mientras que Él ama a Jesús? II

porque odias muhammad

María (la paz sea con ella) concibe al Mesías (la paz sea con él) 

Esto fue mencionado en el Noble Corán: “Y narra [¡Oh, Muhammad!] la historia de María que se menciona en el Libro [el Corán], cuando se apartó de su familia para retirarse a un lugar al este. 

Y puso un velo para apartarse de la vista [mientras adoraba a Allah] de los hombres de su pueblo. Entonces le enviamos Nuestro espíritu [el Ángel Gabriel], quien se le presentó con forma humana. Ella dijo: Me refugio de ti en el Clemente, si es que temes a Allah. Le dijo: Soy el enviado de tu Señor para agraciarte con un hijo puro. Ella dijo: ¿Cómo he de tener un hijo si no me ha tocado ningún hombre, ni soy una indecente? Así será, le respondió, pues tu Señor dice: Ello es fácil para Mí. Y lo convertiremos en un signo para la humanidad y una misericordia. Es un asunto decidido. Lo concibió, y decidió retirarse a un lugar apartado”.[1]

 

El milagro del nacimiento del Mesías (la paz sea con él)

 

Como fue dicho en el Noble Corán: “Los dolores de parto la llevaron junto al tronco de una palmera. Exclamó: Preferiría haber muerto antes de esto, y así se me hubiera olvidado completamente. Entonces [el Ángel] la llamó desde abajo [del valle]: No te apenes, tu Señor ha hecho fluir debajo de ti un arroyo. Sacude el tronco de la palmera y caerán sobre ti dátiles maduros y frescos. Come, bebe y conténtate. Y cuando veas a algún hombre dile: Por cierto que he realizado un voto de silencio por el Clemente, y no hablaré con nadie hoy. Se presentó ante su pueblo llevándolo en brazos [a Jesús]. Le dijeron: ¡Oh, María! Ciertamente has hecho algo inaudito”.[2]

 

El Corán no mencionó la historia del nacimiento de Muhammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él) porque su nacimiento fue normal como el resto de los humanos,  como dice el Corán: “Diles: Yo no soy más que un hombre a quien se le ha revelado que sólo debéis adorar a Allah, vuestra única divinidad. Quien anhele la comparecencia ante su Señor que realice obras piadosas y que no adore a nadie más que a Él”.[3]

 

Esto demuestra que el Corán no fueron palabras de Muhammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él), porque si así fuera hubiera destacado más su nacimiento que el de Jesús (la paz sea con él).

 

El Mesías fue creado de barro al igual que el padre de la humanidad Adán (la paz sea con él)

 

Dijo Dios, El Altísimo: “Por cierto que el ejemplo de Jesús ante Allah es semejante al de Adán, a quien creó de barro y luego le dijo: ¡Sé!, y fue”.[4]

 

Ubai ibn Ka’b comentaba sobre la aleya: “Y tu Señor creó a partir de Adán su descendencia…”[5]. Dijo: ‘Dios reunió a toda la humanidad (desde Adán hasta la gente del fin de los tiempos), los creó como espíritus luego les formó y les hizo hablar y así tomó el pacto y el compromiso de ellos “Y tu Señor creó a partir de Adán su descendencia e hizo que todos ellos atestiguaran [diciéndoles]: ¿Acaso no soy Yo vuestro Señor? Respondieron: Sí, lo atestiguamos. Esto es para que el Día de la Resurrección no digáis: No sabíamos [que Allah era nuestro Señor]”.[6]

Entonces Dios puso como testigos sobre ellos los siete cielos, las siete tierras y su padre Adán “Esto es para que el Día de la Resurrección no digáis: No sabíamos [que Allah era nuestro Señor]”.

Así pues no asociéis nada y nadie conmigo y os enviaré mensajeros para recordaros de mi pacto y mi compromiso y voy a revelaros mis libros.

Entonces ellos dijeron: ‘Atestiguamos que Tú eres nuestro Dios y Señor, y no tenemos otro señor más que Tú.

Ascendió Dios a Adán, entonces Adán vio entre ellos al rico, pobre, el de buen aspecto, etc. Y Dijo: ‘¡Señor y si los haces a todos iguales!’  Respondió Dios: “A mí me gusta que me agradezcan” Y vio entre ellos a los Profetas como lámparas, y con éstos Dios hizo un pacto exclusivo sobre el mensaje y la profecía con Su Dicho: “Celebramos una alianza con todos los Profetas; la misma que concertamos contigo [¡Oh, Muhammad!], con Noé, Abraham, Moisés y Jesús, hijo de María. Y tomamos de ellos un compromiso firme,”[7]

Y este compromiso es: “Conságrate [¡Oh, Muhammad!] al monoteísmo, que ello es la inclinación natural con la que Allah creó a los hombres. La religión de Allah es inalterable”[8]

Y Su Dicho: “Ciertamente él [Muhammad] es un Profeta al igual que los que le precedieron”.[9]

Y Su Dicho: “La mayoría de ellos no cumplían con sus compromisos y eran perversos”.[10]

Y el espíritu de Jesús era de los espíritus de los cuales Dios tomó el pacto, Entonces Dios envió ese espíritu a María cuando se apartó de su familia para retirarse a un lugar al este, y entró por su boca”.[11]

 

Dios, El Altísimo, tiene absoluta perfección en la Creación, crea lo que quiere como quiere. Así creó a Adán, (la paz sea con él) de tierra sin padre ni madre, creó a Eva de la costilla de Adán sin padre ni madre, e hizo la descendencia de hijos de Adán de padre y madre. Y creó a Jesús (la paz sea con él) de madre sin padre, así hizo Dios alabado sea, el Creador, el Sabio.

 

Satanás, el maldito, no se acercó al Mesías (la paz sea con él) al nacer

 

Y esto es parte del estatus que Dios, El Altísimo, tuvo para Jesús (la paz sea con él). El Profeta Muhammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él) dio a conocer esto con su Dicho: “Cuando todo ser humano nace, Satanás lo pincha en ambos lados del cuerpo con sus dedos, exceptuando a Jesús, hijo de María. Intentó hacerlo, pero tocó la placenta”.[12]

 

El Mesías (la paz sea con él) habló desde su cuna

 

Y que prodigio más grandioso para él, porque desde que Dios creó la Creación hasta el día del juicio final sólo tres niños hablaron desde la cuna. Entre ellos Jesús (la paz sea con él), como dijo el Mensajero de Dios Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Sólo tres niños hablaron desde su cuna. El primero fue Jesús, hijo de María. El segundo fue durante la época de Yuraiy, un monje israelí que se recluía en sus aposentos y dedicaba su tiempo a rezar y a adorar a Dios. Un día, su madre le pidió ayuda mientras estaba rezando. Dijo: ‘Oh Dios, estoy confundido por no saber quién tiene prioridad, si mis oraciones o mi madre’. Continuó con sus oraciones y desatendió el pedido de ayuda de su madre, entonces ella se fue. Al día siguiente su madre hizo lo mismo y Yuraiy volvió a responder del mismo modo. Al tercer día la madre volvió a pedirle ayuda y él no respondió. Entonces la madre dijo: ‘Oh Dios, haz que Yuraiy vea el rostro de las prostitutas antes de que se muera’.

 

En esa época, la gente admiraba la forma en que Yuraiy adoraba a Dios y la cantidad de oraciones que ofrecía y cómo se recluía por su devoción. Una famosa prostituta que era muy bella y atractiva le propuso a los israelíes: ‘Si lo desean, puedo tentar a Yuraiy para que tenga relaciones ilícitas conmigo’. La prostituta organizó su plan para seducir a Yuraiy y convencerlo de tener relaciones sexuales con ella, pero no lo logró. Entonces fue a ver a un pastor que solía llevar a su rebaño cerca de los aposentos de Yuraiy y se le ofreció. El pastor no lo dudó y en consecuencia ella quedó embarazada y acusó a Yuraiy de ser el padre de su bebé.

 

Los israelíes fueron a buscar a Yuraiy, lo sacaron de su reclusión, destruyeron su casa y comenzaron a golpearlo. Preguntó: ‘¿Cuál es el problema? ¿Por qué me golpean?’. Le respondieron: ‘Porque has fornicado con una prostituta y ha dado a luz un hijo tuyo mientras tú aparentabas ser un hombre piadoso”. Yuraiy dijo: ‘¿Pueden traer a ese bebé y dejar que ofrezca mis plegarias para demostrar que ese bebé no es mi hijo?’.

 

Entonces los israelíes le trajeron al bebé y dejaron que Yuraiy ofreciera sus plegarias. Cuando terminó, fue hacia el bebé, lo señaló con su dedo y le preguntó: ‘¿Quién es tu verdadero padre?’. El bebé respondió desde su cuna: ‘Mi padre es el pastor’. Al oír las palabras del bebé, los israelíes besaron a Yuraiy y le pidieron perdón, le dijeron: ‘¿Deberíamos construirte un cuarto de oro?’. Dijo: ‘No, sólo vuélvanlo a construir de arcilla y barro como estaba’. Así lo hicieron.

 

El tercer bebé en hablar de su cuna fue un niño que estaba siendo amamantado por su madre cuando pasó un caballero vestido pomposamente y montando un hermoso caballo. La madre dijo: ‘Oh Dios, permite que en el futuro mi hijo sea como ese caballero’. Al oír sus plegarias, el bebé se desprendió del pecho de su madre, miró al caballero y dijo: ‘Oh Dios, no permitas que sea como ese caballero’. Y el niño volvió a amamantar.

 

El narrador de este dicho, Abu Hurairah, dijo: “Aún recuerdo como el Profeta (P y B) imitó al bebé amamantando chupando su dedo”.

 

Luego, pasaron por delante de una sirvienta que estaba siendo golpeada por su amo y otras personas la acusaban de ladrona y fornicadora. La mujer sólo repetía, ‘Dios es suficiente para mí y Él es mi guardián’. La madre dijo: Oh Dios, no permitas que este niño sea como esta mujer en el futuro. Al oír las palabras de su madre, el bebé dejó de amamantar y dijo: ‘Oh Dios, permíteme ser como esta mujer en el futuro’.

 

Sorprendida, su madre dijo: ‘Hijo mío, ¿cuál es tu problema? Pasó un caballero bien vestido montando un caballo hermoso, poderoso y de posición elevada y deseé que tú fueras como él en el futuro y no quisiste. Luego, cuando pasamos al lado de esa sirvienta que la estaban golpeando y la acusaban de fornicación y hurto, le rogué a Dios que no te torturen ni te acusen como a ella en el futuro y también rechazaste mi súplica’.

 

El niño dijo: ‘Oh madre, el caballero era un tirano y por eso le pedí a Dios que no me hiciera como él. En cuanto a la sirvienta que golpeaban y acusaban, no es una fornicadora ni ha robado nada. Entonces le pedí a Dios que me haga inocente y puro como ella’”.[13]

 

El Mesías (la paz sea con él) habló desde la cuna para defender a su madre, la casta virgen María (la paz sea con ella)

 

Dijo Dios, Ensalzado sea: “Se presentó ante su pueblo llevándolo en brazos [a Jesús]. Le dijeron: ¡Oh, María! Ciertamente has hecho algo inaudito. ¡Oh, tú que desciendes de Aarón! Tu padre no era un hombre deshonesto, ni tu madre una indecente. Ella lo señaló [al niño], y entonces le dijeron: ¿Cómo hemos de hablar con un niño que aún está en la cuna? Entonces [Jesús] habló: Por cierto que soy el siervo de Allah. Él me revelará el Libro y hará de mí un Profeta. Seré bendecido dondequiera me encuentre, y me ordenará hacer la oración y pagar el Zakât mientras viva. Y me hará benevolente con mi madre. No dejará que sea soberbio ni rebelde. La paz fue conmigo el día que nací, será conmigo el día que muera y el día que sea resucitado”.[14]

 

El Libro Sagrado [El Evangelio auténtico] fue revelado al Mesías (la paz sea con él)

 

Dios reveló libros sagrados a algunos profetas, como por ejemplo la Tora a Moisés (la paz sea con él), los Salmos a David (la paz sea con él), el Corán a Muhammad (la paz y bendiciones de Dios sean con él) y el Evangelio fue revelado a Jesús (la paz sea con él). Como dijo Dios, El Altísimo: “Después de ellos enviamos a Nuestros Mensajeros. A Jesús, hijo de María, le revelamos el Evangelio, e infundimos en los corazones de quienes le siguieron la compasión y la misericordia. Ellos establecieron el monacato sin que se lo hubiéramos prescrito, sólo por deseo de satisfacer a Allah, pero aun así no lo observaron como pretendían. A quienes de ellos hayan creído sinceramente les recompensaremos, pero muchos fueron corruptos”.[15]

 

Y dijo también: “Y de los Mensajeros, preferimos a unos sobre otros. Entre ellos hay a quien Allah habló directamente, y otros a quienes elevó en grados. Y concedimos a Jesús, hijo de María, las pruebas evidentes y lo fortalecimos con el Espíritu Santo [el Ángel Gabriel]. Y si Allah no hubiera querido, no hubiesen combatido entre ellos después de habérseles presentado los Profetas y las evidencias, pero discreparon y hubo entre ellos quienes creyeron y quienes no. Y si Allah hubiera querido no se habrían matado los unos a los otros, pero Allah hace lo que Le place”.[16]

 

El Evangelio es luz, guía y exhortación

 

Dios afirma con Su dicho: “E hicimos que les sucediera [a los Profetas de los Hijos de Israel] Jesús hijo de María, para que confirmase lo que ya había en la Torá. Le revelamos el Evangelio en el que hay guía y luz, como corroboración de lo que ya había en la Torá. Así también, como guía y exhortación para los piadosos”.[17]

 

Dios, Ensalzado sea, describe a María como veraz y como un signo de Su poder a ella y su hijo

 

Como fue mencionado en el Noble Corán: “El Mesías hijo de María es sólo un Mensajero, igual que los otros Mensajeros que le precedieron, y su madre fue una fiel y veraz creyente. Ambos comían alimentos [como el resto de la humanidad]. Observa cómo les explicamos las evidencias y observa cómo [a pesar de esto] se desvían”.[18]

 

“E hicimos de Jesús y su madre, María, un signo [de Nuestro poder], y los refugiamos en una colina fértil, provista de manantiales [Jerusalén]”.[19]

 

Dios, El Altísimo, afirma al Mesías (la paz sea con él) con el Espíritu Santo (la paz sea con él)

 

Con su dicho: “Y revelamos a Moisés el Libro, y después de él enviamos Mensajeros, y concedimos a Jesús, el hijo de María, pruebas evidentes y le fortalecimos con el Espíritu Santo [el Ángel Gabriel]. ¿Es que cada vez que se os presentaba un Mensajero que no satisfacía vuestros deseos os ensoberbecíais y desmentíais a unos, y a otros les matabais?”[20]

 



[1] [María (19): 16-22]

[2] [María (19): 23-27]

[3] [La Caverna (18): 110]

[4] [La Familia de ‘Imrân (3): 59]

[5] [El Muro Divisorio (7): 172]

[6] [El Muro Divisorio (7): 172]

[7] [Los Aliados (33): 7]

[8] [Los Bizantinos (30): 30]

[9] [La Estrella (53): 56]

[10]  [El Muro Divisorio (7): 102]

[11] Lo mencionó Ibn Al Qaiim en su libro ‘Ar-Ruh (El Espíritu)’.

[12] Lo relató Al-Bujari.

[13] Lo relató Al-Bujari.

[14] [María (19): 27-33]

[15] [El Hierro (57): 27]

[16] [La Vaca (2): 253]

[17] [La Mesa Servida (5): 46]

[18] [La Mesa Servida (5): 75]

[19] [Los Creyentes (23): 50]

[20] [La Vaca (2): 87]

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