Musulmanes Chilenos
El Islam ha sido presentado a los hombres como la religión para toda la humanidad. El sello de los Profetas, Muhammad, el Último Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), fue enviado a todos los hombres, como dice el Sagrado Corán (interpretación del significado): “Y no te enviamos [¡Oh, Muhammad!] sino como albriciador y amonestador para todos los hombres. Pero la mayoría lo ignora.” [Saba’ 34:28]. El camino no fue fácil, pero después de la dificultad viene la facilidad, y es así como el Islam se fue abriendo paso. Nuestro Profeta (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y sus compañeros (que Allah esté complacido con ellos) fueron enseñando el mensaje que fue revelado en un período de 23 años al Mensajero (la paz y las bendiciones de Allah sean con él) y él a los demás, hace más de 1400 años.
Un mensaje fácil de digerir y adoptar por el corazón puro y sincero que, al comprenderlo sólo le queda decir: La Illaha illa Allah wa Muhammadan ‘abduhu wa rasuluh (No hay nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Allah y Muhammad es su siervo y mensajero).
En este número de Luz del Islam, les presentamos las historias de quiénes han aceptado y adoptado el Islam en un país tan recóndito y ajeno al Islam como lo es Chile, y que poco a poco se van integrando en una sociedad que ha convivido con la cultura árabe durante años y que hoy está abriendo sus puertas a nuestra bella religión, a pesar de las dificultades y barreras que existen en “occidente”.
Agradecemos a los hermanos: Abir, Besma y Faruk de Santiago, la hermana Zahra de Chillán y la hermana Fatema de Temuco.
Que Allah Glorificado y Ensalzado sea afirme sus pasos y los nuestros, amin
Luz del islam ¿Cómo conociste el Islam?
Besma: Lo conocí al mismo tiempo que conocí al que es hoy mi marido. En un viaje que realicé a Italia en 2008 para estudiar, conocí a mi marido, musulmán de nacimiento, quien fue él que me presentó el Islam. Lo más hermoso fue que era el mes de Ramadán, y pude ver a varios musulmanes ayunando. Él me hizo escuchar el Corán, me mostró la ablución y me habló de Islam. Un año después hice mi shahada y nos casamos.
Zahrah: Conocí el Islam por medio de Internet cuando buscaba material para unos trabajos en el colegio. Luego en la Universidad volví a realizar otro para la asignatura de 'Panorama Bíblico', esta vez con algo más de conocimiento y un interés personal al punto de que fuera de los horarios de clase quería saber como era todo esto más allá de las lecturas. Me sirvió enormemente para conocer más a fondo, interiorizarme y tener un buen resultado en la ponencia de mi tema, dónde debía hablar de las demás religiones y/o sectas aparte del Cristianismo.
Fatema: Conocí el Islam primero por TV, y todos su prejuicios.Luego me enteré que tenía antecesores musulmanes siglos atrás en España;más tarde viendo una telenovela brasileña llamada "el clon",la que me quitó varios prejuicios;pero realmente fue hace 3 años cuando por casualidad y sin buscar me topé en internet con la página "musulmanas.org" y eso que no la buscaba...
Allah conoce mejor sus caminos.
Abir: A través de una persona que conocí por internet. Esta persona es de Egipto. Pero fue muy importante una llamada que recibí a través del programa de vídeollamadas Skype. Una persona que hacía Dawaah me agregó y me comenzó a enviar información sobre el Islam. Me eligió al azar y eso para mi fue como una señal. Semanas después visité la mezquita y bueno el resto es historia.
Luz del Islam ¿Qué te llevo a aceptar el Islam como forma de vida?
Besma: Cuando comencé a estudiar sobre Islam, me di cuenta que todo era lógico, que no se sigue a nadie ciegamente más que al Corán y la Sunnah, que no hay clero y que todo lo que uno hace se va escribiendo en un libro, y se recibirán recompensas o castigos in sha Allah por esto. Todas estas cosas me hicieron ver que el Islam me daba las respuestas a todas las preguntas que he tenido siempre, y que los atributos de Allah eran todo lo que pensaba. Además, me di cuenta que el Islam no tiene nada que ver con lo que se muestra en televisión, ni con los mitos que circulan de la ignorancia de la gente.
Zahrah: El haber encontrado una explicación para mi forma de ser y poder demostrar que no era 'rara' (risas), pues el Islam no distaba mucho de mi forma de desenvolverme en la vida. También el mismo hecho de haber preparado trabajos escritos sobre el tema, leer Corán, entrar en un foro, convivir virtualmente con personas musulmanas, conocer otras en vivo y directo y al final llegar a la conclusión de no querer morir sin ser Musulmana y viajar hasta la comunidad más próxima para concretarlo.
Fatema: Lo que me llevó a aceptar el Islam como forma de vida fue el investigar más sobre el Sagrado Corán y las maneras de vivir de las musulmanas y sus familias.
Abir: Los valores que transmite el Islam, y el querer vivir como Allah nos ordena.
Luz del Islam ¿Qué ha cambiado el Islam en tu vida?
Besma: ¡el Islam cambió toda mi vida! Cambió mi forma de vestir, mi forma de comer, mi forma de hablar, mis prioridades, mis temas de conversación, mis amistades, mis hobbies, la forma de relacionarme con mi familia, mi forma de ver la vida, el futuro y el pasado, el respeto hacia los demás. El Islam es una forma perfecta de vivir, que nos enseña sobre todos los ámbitos de nuestra vida.
Zahrah: Ha cambiado tanto el interior como el exterior, algunos cambios mayores y otros menores. Mi interior empezó a cambiar de la tristeza a la alegría, por fin Dios había escuchado mis súplicas, y ya no sufría por no saber como adorarle y agradecerle lo que me daba y me quitaba en la vida, porque todo ello era una misericordia para mi, solo faltaba encontrar la formula completa y perfecta para ser Su sierva. y Alabado sea él que me guío al Islam. Exteriormente mi apariencia y la forma de socializar con la gente, empece a utilizar la vestimenta Islámica gradualmente, desde el hijab (velo), la 'abaya (túnica) hasta llegar a una vestimenta que cubre el cuerpo entero, con el fin de salvaguardar la integridad de la mujer de las miradas u actos lascivos en ella misma como en quienes la observan, y ciertamente es algo que provee a la perdona virtudes como la piedad, recato, y una gran fe por lo general. Alabado sea Dios.
Fatema: El Islam desde que llegó a mi vida ha mejorado mi vida interior en muchas maneras, volvió mi alegría que había perdido hace más de una década atrás, me liberó de un mal marido y padre de mis hijos a los cuales golpeaba, me salvó de estar en Talcahuano al momento del terremoto del 27 de febrero del 2010 y de no haber tenido ni agua, ni luz, ni comida por más de 2 semanas, además del maremoto!!! Subhanallah, es maravilloso como Allah decidió entrar en mi vida.
Abir: Muchas cosas. Creo que eso es lo más dificil de el proceso de conversión.El cambiar muchos aspectos de tu vida, que antes eran normales para ti. Poco a poco he ido asimilando muchas cosas y cambiando mis hábitos e inshaallah cada día ire mejorando más.
Luz del Islam: ¿Qué medios utilizas para aprender el Islam?
Besma: Corán, hadices, foros islámicos, mi marido, amigas musulmanas con más años en el Islam y libros.
Zahrah: 100% internet...tanto que en casa lo llaman mi novio (risas), es mi medio para buscar información, aprender de académicos y eruditos del Islam mediante sus escritos, consultándonos entre hermanas, y compartiendo lo que se va aprendiendo en el camino tanto de los errores como de los aciertos. Que ciertamente los aciertos son de Dios y los errores de uno y del Shaytan.
Fatema: Leo el Sagrado Corán, Voy a clases de Corán con el Imam de Temuco junto con 2 hermanas, también leo los libros que me enviaron desde Egipto, y CD o DVD que me facilitan aprender más del Islam.
Abir: Lo primero es leer el Corán. Y lo que me ha ayudado enormemente es el apoyo de una hermana que hace Dawaah y acude casi todas las tardes a la mezquita As-salam para enseñarnos a las hermanas nuevas todo lo necesario para ser buenas musulmanas.
Luz del Islam: ¿Cómo se vive el Islam en tu ciudad?
Besma: Aquí en Santiago tenemos una mezquita, la mezquita As-salam. Además, tenemos una madrasa donde pueden ir a estudiar todos los niños musulmanes. Todos los viernes nos reunimos para el salat en comunidad. La mezquita no organiza actividades como charlas, o clases para musulmanes. La mezquita vende carne y pollo halal. Hay hermanos que sacrifican y venden carne también. No existen lugares que vendan ropa islámica, dependemos de los regalos de otras hermanas o comprar al extranjero. Hay hermanas que dan clases de Islam por voluntad propia, que es una de las únicas formas de aprender directamente.
La comunidad en Santiago es pequeña, y se forman ciertos grupos un poco cerrados según nacionalidad: palestinos con palestinos, egipcios con egipcios, marroquíes con marroquíes, chilenos con chilenos, etc. Esto hace que se limite un poco el intercambio de culturas, y que a los extranjeros les cueste adaptarse a Chile.
Zahrah: Bueno en mi ciudad no hay comunidad Musulmana, es decir no hay un lugar donde se congregue la gente, pues debe haber un cierto mínimo de personas que vivan aquí como requisito para conformar una comunidad (estructural) y la verdad no llegamos a ese mínimo. De hecho, creo que somos tres personas que profesamos el Islam y que no hemos tenido la oportunidad de conocernos. Y si Dios quiere esperando mis seres queridos sean guiados al haqq (la verdad).
Fatema: El Islam se vive tranquilo, aunque mucha gente, en especial las familias de las nuevas convertidas tratan bajo todos los medios de alejarte de él, sólo nos queda con mucho respeto hacerles ver que sólo dentro del Islam, ahora somos felices. Los extraños nos miran con curiosidad, algunos (muy pocos) dirán algo como váyanse a su país, terroristas, etc., pero hay una mayoría a la que incluso te dirán que te queda bien el pañuelo (hijab).
Luz del islam ¿Qué le dirías a las personas que están interesadas en el Islam o acaban de aceptarlo en su vida?
Besma: Que siempre se guíen por el Corán y la Sunnah, que no sigan a nadie ciegamente y siempre pidan pruebas de lo que se les enseña. El Islam puede ser lo mejor que les ha pasado en la vida, si están dispuestos a seguir la Sunnah y a pensar en la próxima vida en el paraíso y dejar las cosas de esta vida. Nunca dejar de aprender, y que el salat es lo más importante que nos diferencia de los incrédulos.
Zahrah: Les diría que vayan despacio pero seguro, no vaya a suceder, que por ir corriendo vayan a tropezar. Que mantengan en su corazón una intención sincera siempre, que nunca dejen de pedir la guía a Dios, que se aferren a Él, a Su palabra, el Sagrado Corán, y a Su bien amado profeta Muhammad (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) quien verdaderamente es un ejemplo para los creyentes, en sus dichos, actos y estipulaciones. Que no sigan a las personas por el cariño, que más bien lo hagan en virtud de lo veraces, y lo que el Islam dice, y como está lo practican. Que sean en esto pacientes y veraces y no desesperen que tras la dificultad vendrá la facilidad. Que la paz de Dios (Allah) sean con el profeta Muhammad, su familia, y sus compañeros.
Fatema: A las personas que están interesadas en el Islam o acaban de aceptarlo en sus vidas les diría que para mi ha sido lo mejor en mis 42 años de vida, que Allah me haya llamado, que es un viaje duro pero lleno de recompensas y descansos durante ese camino. Allah conoce nuestras fuerzas y nuestras debilidades.
Además es maravilloso ver como ha crecido y sigue creciendo la comunidad musulmana en Chile y en el mundo, y si una occidental se convierte al Islam no crees debe andar algo malo en la susodicha sociedad "normal"; aunque nos tilden de disfrazadas, de locas, de tantas cosas, no logran separarnos de nuestro Iman. ALLAHU AKBAR.
Abir: A los que están interesados en el Islam, para averiguar más se dirijan a fuentes confiables que sería la gente que está en la mezquita . Y a los que acaban de aceptarlo como yo, mucha fuerza y pedir a Allah que nos guíe a su camino .
A continuacion la historia del Hermano Faruk:
Cuando niño, siempre Dios estuvo presente en mi vida, a través de mi familia, de mi Iglesia, en mi colegio. Tenía fe, pero no tenia certezas. Creía que Jesús era el Señor, a quien yo pedía, a quien yo rezaba. Muchas veces oré y pedí a una Santa muy famosa en mi país y con mi familia visitaba su santuario de vez en cuando.
Era el año 2006, estaba cursando mi tercer año en la escuela de Derecho. Tenía una novia y amigos con los que salía a tomar unas copas juntos, lo pasábamos muy bien. Antes de la universidad, también me divertí muchísimo, muchas salidas nocturnas, baile, alcohol, como cualquier joven normal en mi país.
De pronto comencé a tener algunos problemas académicos, las cosas no me resultaban de lo mejor. Algunos problemas familiares, dificultades como las que todos deben superar. Pero, comencé a sentir que nada de lo que tenía en este mundo me era suficiente, de pronto mi percepción de las cosas comenzó a cambiar, comencé a preguntarme “¿para qué?” y me di cuenta que no tenia suficientes respuestas.
Con un sentimiento de soledad, sabía que solo Dios, solo lo trascendente podría satisfacer este sentimiento de vacío. Volví a mi iglesia, la que por tanto tiempo fue el lugar de Dios para mi. Pero esta vez fue diferente, comencé a reflexionar seriamente en cuanto enseñaban. Me di cuenta con espanto de que se enseñaban cosas que Jesús, el personaje central de la fe, no había nunca enseñado. Comencé a reflexionar acerca de si él era realmente Dios o solo un hombre, si realmente su mensaje coincidía con lo que las personas decían y enseñaban. Así, comencé por mi cuenta a estudiar la biblia y eso aumento aún más mi certeza en que algo estaba mal.
Acudí a sacerdotes, y fue aún más esclarecedor darme cuenta de que en realidad a muchas cosas no había respuesta. Solo un “Hay creer, pues las cosas de Dios no son comprensibles para nosotros”. Me rehusé a tener una fe que me fuera incomprensible.
Así, decidí seguir a Dios a mi manera, pero eso sólo aumentó mi vacío.
Un día, como cualquier otro, encendí el televisor y me topé con un programa acerca del “terrorismo islámico”. Para mí los musulmanes sólo creían en un dios falso y seguían a un hombre del que ni siquiera sabía su nombre pues pensaba que era “mahoma”. Al terminar el programa, pensé en que quería confirmar si este mensaje los llamaba realmente a tales atrocidades.
Me senté en frente del computador y comencé a buscar acerca del islam.
Cuando leí quien era Allâh, un Dios único, creador de todo y creador de quien yo solía adorar, que no tiene ni principio ni fin, de quien todos dependen y que Él no depende de nadie. Que todo lo que no es Dios es creación, y si es creación su fuente es Dios por tanto es inferior. Que no hay nada digno de adoración si no el Único Dios verdadero. Cuando comprendí que no hay multiplicidad de religiones si no sólo una, de la cual son mensajeros Adán, Abraham, Moisés, David, Salomón, Noé, Jesús y Muhammad; y que dicha religión no es más que someter sinceramente mi voluntad a la voluntad de quien me creó y de quien dependo, y que para eso hay una palabra en árabe que es “islam”… Inmediatamente supe que estaba sentado frente a la verdad.
Leer eso fue encontrar todo aquello que me hacía sentido, fue como tener un puzzle con piezas mal encajadas, y que esto me decía exactamente dónde poner cada una de las piezas para que la imagen clara apareciera frente a mis ojos.
Me volví un adicto al Islam, leía, leía, leía, sin parar. Luego contacté musulmanes por internet quienes fueron de muchísima ayuda para mi comprensión del Islam.
Mi familia comenzó a pensar que mi conversión era algo inminente. Y a mi novia le transmití cuanto aprendí del Islam, y ella comenzó a entender la belleza de este mensaje.
Por decreto de Allâh, mi novia quien vivía transitoriamente en una ciudad cercana,tuvo que buscar un nuevo departamento donde quedarse por un tiempo hasta que pudiera regresar a su casa la que estaba en arriendo. Un día, como cualquier otro decidí visitarla, y como nunca antes le pedí que saliéramos a dar una caminata. A unos 300 metros de caminata, la Mezquita principal de mi ciudad, Mezquita As-salam apareció frente a mí. Veía gente de aquí para allá llevando ollas con comida, pensé que era un funeral o un matrimonio, pero solo se estaban alistando para romper su ayuno, pues era el mes de Ramadán.
Mi novia comenzó a alentarme para que hablara con alguien, pero me daba vergüenza interrumpir tanto preparativo, hasta que me decidí y entré. Conversamos con algunos hermanos, comimos con ellos y desde ese día nunca más dejé de frecuentar la mezquita. Un par de meses después, sería el lugar donde daría testimonio de que “No hay más divinidad sino Allâh, y que el Profeta Muhammad es su siervo y mensajero y sello de los profetas”.
En un principio no fue sencillo, tenía una novia y no es algo que se admita en el Islam. Las relaciones entre sexos opuestos deben llevarse con un cuidado único. Poco a poco comencé a sentirme mal, a temer de Allâh, pero no perdía esperanzas de que mi novia aceptara el Islam conmigo. Pasó el tiempo, y me di cuenta de que ella no aceptaría. Tenía que elegir, o agradar a Allâh o agradar a una mujer quien me había acompañado y apoyado por casi 3 años. Decidí finalmente agradar a quien es Eterno y cuya promesa es real.
Hoy puedo decir con propiedad que soy musulmán, ya hace casi 3 años que volví a mi estado de Islam natural. Soy feliz, Allâh me ha permitido estar en contacto permanente con la mezquita y la comunidad, mi vida cambió, y a pesar de que hay dificultades y que la gente piensa que estás un poco loco, la fe es algo con la que Allâh nos honra y eleva.
Cuando alguien deja algo por Allâh, Allâh le da algo mejor. Tuve fe y confianza en Allâh y ahora estoy por casarme en un mes más inshallah, con una hermana quien aceptó el Islam y a quien admiro por su sinceridad y certeza en este din. Realmente no podría estar más agradecido de Allâh subhana wa ta´ala.