¿Por qué Odias a Muhammad mientras que Él ama a Jesús? IV

38. Las buenas nuevas del Mesías (la paz sea con él) se cumplieron con el nacimiento de Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él)

Dijo el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Ante Dios soy el Sello de los Profetas, aun cuando Adam estaba siendo formado de barro (antes de que se le insuflara el espíritu). Os contaré como empezó mi profecía: La petición de Abraham , la buena nueva de Jesús , y la visión de mi madre que vio una luz salir de ella, en el momento de mi nacimiento, que brillaría hasta los palacios de Sham ” .

38. El monje cristiano Bahira ve los signos de profecía en el rostro de Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y entre sus hombros

De Abu Bakr ibn Abu Musa de su padre que dijo: “Viajó Abu Talib  a Siria (con fines comerciales) le acompañó el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) cuando aún era un niño, con un grupo de los líderes de Quraish . Se acercaron a donde estaba el monje Bahira y se alojaron en ese lugar. Entonces salió a su encuentro el monje (aunque en sus viajes anteriores solían pasar por ahí, pero él nunca salió a encontrarles ni tomaba atención de ellos), cuando aún desempacaban sus cosas se dirigió hacia ellos hasta llegar al Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) tomó su mano y dijo: ‘Este es el más sobresaliente de los humanos (en un relato de Al-Baihaqui: Éste es el Mensajero del Señor de los mundos; que Dios le enviará como misericordia para la humanidad)’. Un jefe de los Quraish dijo: ‘¿Y cómo sabes esto?’ Le contestó: ‘Cuando aparecieron en la dirección de ‘Aqabah, todas las piedras y árboles se prosternaron, cosa que nunca hacen excepto ante un Profeta. Puedo reconocerlo por el sello de la Profecía que se encuentra debajo de su hombro. Así que regresó a su hogar y les preparó comida, la llevó a ellos y dijo: ¡Traédmelo! (refiriéndose al Profeta), mientras el profeta venía, una nube le cubría para protegerle del sol. Al acercarse al monje, éste dijo: ‘Mirad hay una nube que le sigue’. Al llegar a ellos que estaban bajo la sombra de un árbol, se sentó junto a ellos y la sombra del árbol se inclinó hacia él. El monje les dijo: ‘¡Observad la sombra del árbol se inclinó hacia él!’. 

Mientras ocurría esto él rogaba a los Quraish que no llevaran al niño a la tierra de los romanos, ya que al verle identificarían sus señales y le matarían. En ese instante se dio vuelta y vio que siete romanos venían, los recibió y preguntó: ‘¿Por qué venís?’ Dijeron: ‘Porque hemos escuchado que un profeta vendrá este mes, así que no quedará ningún lado al cual no enviarán un grupo para buscarle, y nosotros estamos encargados de este lugar’. El monje les preguntó: ‘¿hay algún grupo que le hallará?’ Respondieron: ‘No, pero nos dijeron que sería por este camino.’ Entonces les dijo: ‘¿Creéis que si hay un asunto que Dios decreta, exista alguien que pueda impedírselo?’ Respondieron: ‘No’. Así dejaron de buscar y se quedaron con el monje.

Dirigiéndose a los Quraish dijo: ‘¡Por Dios!, ¿decidme quién es su guardián?’ Dijeron: ‘Abu Talib’, entonces no dejó de insistir sobre no llevarle hasta que desistieron de continuar el viaje con él, así que Abu Bakr envió a Bilal para acompañarle de vuelta y el monje les proveyó de tortillas y aceite.’ 

 

39. El Espíritu Santo (la paz sea con él) que vino con el Evangelio al Mesías (la paz sea con él), viene a Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él)

De ‘Aisha, la madre de los creyente (Dios esté complacido con ella) quien dijo: “La primera manifestación de la Revelación al Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) fue la visión verídica en sueños, que notablemente se volvían realidad en todas las ocasiones. Luego comenzó a amar la soledad y solía recluirse en la cueva de Hirá por un determinado número de noches para dedicarse a la devoción antes de volver con su familia y buscar nuevamente provisiones para el mismo propósito. Hasta que inesperadamente le llegó la verdad cuando estaba en la cueva. Llegó el ángel y le dijo: "¡Lee!" Respondió: "No sé leer". Contó el Profeta: "Entonces me tomó y abrazó fuertemente, luego me soltó y repitió la orden: "¡Lee!". Le dije: "No sé leer", entonces me tomó nuevamente y por segunda vez me abrazó fuertemente y luego me soltó dejándome exhausto y me dijo: "¡Lee!". Y contesté: "¡No sé leer!", y así fue que me abrazó fuertemente por tercera vez y luego, al soltarme, dijo:

“(Lee en el  Nombre de tu Señor, que ha creado (todo lo que existe), ha creado al hombre de un coágulo. Lee. Y tu Señor es el más Generoso.)” [96:1-3]

Luego el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) repitió estas aleyas. Temblaba de miedo. Entonces regresó con Jadiya bint Juailid (Dios esté complacido con ella) y le dijo: “Cúbreme... cúbreme”. Ella lo cubrió hasta que se tranquilizó. Al comentarle lo que le había sucedido en la cueva le dijo: ‘Temí que algo me ocurriera’, Jadiya lo consoló diciendo: “Dios nunca te humillaría. Mantienes los lazos familiares; cargas con las dificultades de los débiles; asistes al pobre y al necesitado, agasajas a tus huéspedes, y te esfuerzas por solucionar los problemas que afligen a la gente".

Partieron entonces a ver un primo de Jadiya llamado Uaraqah Ibn Naufal ibn Asad ibn ‘abd Al’uzza, quien había abrazado el Cristianismo en el período pagano, y solía transcribir el Torá en hebreo y había puesto por escrito varias partes del Evangelio en hebreo. Era un sabio anciano y ciego. Jadiya le dijo: “¡Primo mío! Escucha a tu sobrino” Uaraqa le preguntó: “¡Sobrino mío! ¿Qué fue lo que viste?” el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) le contó cuanto le había pasado. Uaraqah dijo: “Ese es el Namûs (el ángel que desciende con la revelación divina) que Dios envió anteriormente a Moisés. Desearía ser joven y vivir para estar en el momento que tu pueblo te expulse”. El Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) le preguntó: “¿Acaso ellos me expulsarán?” Uaraqah respondió afirmativamente y le dijo: “Todo aquel que trajo algo similar a lo tuyo fue tratado con hostilidad y si yo alcanzo a estar vivo ese día te brindaré todo mi apoyo” A los pocos días Uaraqah murió y la Revelación se interrumpió”. 

 

40. Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) cuenta que él ama al Mesías (la paz sea con él) y a su religión

Dijo Dios, Altísimo sea: “Di: Creemos en Allah y en lo que se nos ha revelado, en lo que fue revelado a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y a las doce Tribus, y en lo que Moisés, Jesús y los Profetas han recibido de su Señor. No hacemos distinción entre ninguno de ellos y nos sometemos a Él”. 

Dijo el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Yo soy la persona más cercana a Jesús, hijo de María, en esta vida y en la otra. Los profetas son hermanos en la fe con madres diferentes. Su religión es la misma y no hubo profeta entre nosotros”. 

Un día el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) recitó el versículo en qué Abraham (la paz sea con él) invocaba a Dios: “¡Oh, Señor mío! Por cierto que [Satanás indujo a Tus siervos a su adoración, y] a través de ellos muchos de los hombres se extraviaron. Todo aquel que me siga [en la fe monoteísta] será de los míos…” 

Y en otro versículo Jesús (la paz sea con él) invoca a Dios: “Si les castigas tienes derecho, pues ellos son Tus siervos, y si les perdonas, Tú eres Poderoso, Sabio”. 

Luego el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) levantó y dijo: ‘¡Oh Dios! Mi Nación, Mi Nación.’ Y luego lloró. Y aunque Dios todo lo sabe, dijo: ‘¡Oh Gabriel! Ve a ver a Muhammad y pregúntale ¿Por qué llora?’, entonces se le acercó Gabriel a Muhammad y le preguntó. Así que, aunque Dios todo lo sabe, le dijo Muhammad a Gabriel lo que había invocado. Luego Dios le dijo: ‘¡Oh Gabriel! Ve a Muhammad y dile: Te Haremos satisfecho a lo que se refiere de tu Nación y no te maltrataremos.’ 

Dijo el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Los Profetas son cómo hermanos: tiene diferentes madres pero su religión es una sola. Yo soy el más cercano de todas las gentes a Jesús hijo de María, porque no hay otro Profeta entre él y yo. Él volverá a venir, y cuando lo vean lo reconocerán. Él es de estatura media y su color de piel es entre rojo y blanco. Estará usando dos prendas de vestir, y su cabello parecerá estar mojado. Romperá la cruz, matara a los cerdos, abolirá la Yizya , invitará a la gente al Islam y destruirá al Anticristo. Luego habrá paz y seguridad sobre la tierra, los leones y los camellos comerán del mismo pasto, tigres con ganado, y lobos con ovejas; los niños podrán jugar con serpientes sin que les hagan daño. Jesús se quedará en la tierra por cuarenta años, luego morirá, y los Musulmanes rezarán por él”. 

Dijo el Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Quien diga: ‘Atestiguo que no hay otra divinidad que Dios, único y sin asociados, y que Muhammad es Su siervo y mensajero, que Jesús es el siervo de Dios e hijo de Su sierva y Su palabra; que Él concedió a María, un espíritu proveniente de Él, y que el Paraíso es real y el Infierno es real, Dios lo ingresará por la puerta que quiera entre las ochos puertas del Paraíso.”. 

 

41. Dios, El Altísimo, responde a los que tergiversaron el Evangelio y dijeron que Dios ha tenido un hijo

Dijo Dios, Ensalzado sea, en Su Libro: “Di [¡Oh, Muhammad!]: Él es Allah, la única divinidad. Allah es el Absoluto [de Quien todos necesitan, y Él no necesita de nadie]. No engendró, ni fue engendrado. No hay nada ni nadie que se asemeje a Él”. 

Y en un Hadiz Qudsi  dijo Dios, Altísimo sea: “El hijo de Adán me insulta y no tiene derecho a esto, me desmiente y no tiene derecho a esto. En cuanto a insultarme, es cuando dice: ‘Dios tiene un hijo’, siendo que yo soy el Uno, el Eterno. No he engendrado ni he sido engendrado y no hay quien se me parezca. En cuanto a desmentirme, es cuando dice: ‘No ha de resucitarme como me ha creado’, aunque su resucitación es más fácil para mí que su creación”. 

Dijo Dios, el Altísimo: “Son incrédulos quienes dicen: Allah es el Mesías hijo de María. El mismo Mesías dijo: ¡Oh, Hijos de Israel! Adorad a Allah, pues Él es mi Señor y el vuestro. A quien atribuya copartícipes a Allah, Él le vedará el Paraíso y su morada será el Infierno. Los inicuos jamás tendrán auxiliadores. Son incrédulos quienes dicen: Allah es parte de una trinidad. No hay más que una sola divinidad. Si no desisten de lo que dicen, un castigo doloroso azotará a quienes [por decir eso] hayan caído en la incredulidad”. 

 

42. Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) ordena a los musulmanes creer en el Mesías (la paz sea con él) y en el Evangelio

Dijo Dios, Altísimo sea, en el Noble Corán: “Decid: Creemos en Allah y en lo que nos fue revelado, en lo que reveló a Abraham, a Ismael, Isaac, Jacob y las doce tribus [descendientes de los hijos de Jacob], y lo que reveló a Moisés, Jesús y a los Profetas. No discriminamos entre ellos, y nos sometemos a Él”. 

Y dijo también: “Por cierto que te hemos concedido la revelación como lo hicimos con Noé y con los Profetas que le sucedieron. Asimismo revelamos a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob, a las doce tribus, Jesús, Job, Jonás, Aarón y Salomón. Y concedimos a David los Salmos”. 

Dijo El Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Quien atestigua que no hay otra divinidad que Dios, único y sin asociados, y que Muhammad es Su siervo y mensajero, que Jesús es el siervo de Dios, Su mensajero y Su palabra; que Él concedió a María, un espíritu proveniente de Él, y que el Paraíso es real y el Infierno es real, Dios lo ingresará al Paraíso según sus obras”. 

 

43. El encuentro de los amados Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y el Mesías (la paz sea con él)

Dijo El Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Mientras yo estaba en mi casa entre dormido y despierto, (el ángel Gabriel) me trajo un recipiente de oro lleno de sabiduría y fe, entonces me abrió desde el pecho hasta el estómago, lo lavó con agua de Zamzam, lo llenó de sabiduría y fe. Después me trajo  un animal blanco, más pequeño que una mula y más grande que un asno, llamado Al-Buraq. 

Luego me llevó al cielo terrenal, cuando llegué preguntaron: ¿Quién es? Dijo: Gabriel. Preguntaron: ¿Quién está contigo? Dijo: Muhammad. Dijeron: ¿Y ya es enviado? Dijo: Sí. Dijeron: Hola, bienvenida su llegada.

Entonces encontré a Adán y le saludé. Me dijo: Hola al buen profeta, hola al buen hijo

Después fui ascendido al segundo cielo, preguntaron: ¿Quién es? Dijo: Gabriel. Preguntaron: ¿Quién está contigo? Dijo: Muhammad. Dijeron: ¿Y ya es enviado? Dijo: Sí. Dijeron: Bienvenida su llegada. 

Luego pasamos por donde Jesús y Juan, me dijeron: “Buena bienvenida al buen hermano y al buen profeta…”. 

En otra narración, cuando el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) comentaba a sus compañeros sobre la noche que fue ascendido, decía: “…Después fui ascendido al segundo cielo, preguntaron: ¿Quién es? Dijo: Gabriel. Preguntaron: ¿Quién está contigo? Dijo: Muhammad. Dijeron: ¿Y ya es enviado? Dijo: Sí. 

Ahí encontré a Jesús y Juan, que son primos, me dijeron: ‘Estos son Juan y Jesús, salúdales’ Y así lo hice. Y ellos me dijeron: “Buena bienvenida al buen hermano y al buen profeta…”. 

Dijo El Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Monté Al-Buraq detrás de Gabriel (la paz sea con él) y marchamos. Luego nos encontramos con un hombre rezando, el cual preguntó: ‘¡Oh Gabriel! ¿Quién es éste?’ Dijo: ‘Es tu hermano Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él). Así pues me dio la bienvenida y suplicó bendición para mí, y me dijo: ‘Pide (a Tu Señor) la facilidad para tu comunidad’. Pregunté: ‘¡Oh Gabriel! ¿Quién es él? Respondió: ‘Es tu hermano Jesús (la paz sea con él)…” 

 

44. Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) declara que el Mesías (la paz sea con él) es su hermano en la religión

Como dijo Dios, Altísimo sea, en su declaración: “Dispusimos para vosotros la misma religión [monoteísta] que le habíamos encomendado a Noé, y que te revelamos a ti [en el Corán] y que le encomendamos a Abraham, Moisés y Jesús, para que seáis firmes en la práctica de la religión, y no os dividáis en ella. Pero a los idólatras les parece difícil aquello a lo que tú les invitas [al monoteísmo]. Allah elige [para que acepte la fe] a quien quiere, y guía hacia Él a quien se arrepiente”. 

 

Dijo El Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Yo soy la persona más cercana a Jesús, hijo de María, en esta vida y en la otra. Los profetas son hermanos en la fe con madres diferentes. Su religión es la misma”. 

 

45. Muhammad (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) llama a los musulmanes a no alabarle como los cristianos hicieron con el Mesías (la paz sea con él)

Como dijo El Mensajero de Dios (la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “No me alabéis como los cristianos alabaron a Jesús hijo de María. Porque no soy más que un siervo de Dios y Su Mensajero”. 

Relató Tufail ibn Sajbarah (Dios esté complacido con él), hermano materno de ‘Aisha (Dios esté complacido con ella): “Vi [en sueños] que me dirigía donde un grupo de judíos, y les pregunté: ‘¿Quiénes sois? Respondieron: ‘Somos los judíos’ Les dije: ‘Vosotros seriáis gente honorable si no dijerais: Uzair es el hijo de Dios’. Me respondieron: ‘Vosotros seriáis gente honorable si no dijerais: Lo que quiera Dios y Muhammad’. Luego caminé donde un grupo de cristianos y les pregunté: ‘¿Quiénes sois? Respondieron: ‘Somos los cristianos’ Les dije: ‘Vosotros seriáis gente honorable si no dijerais: El Mesías es el hijo de Dios’. Ellos me respondieron: ‘Vosotros seriáis gente honorable si no dijerais: Lo que quiera Dios y Muhammad’. Cuando desperté se lo relaté a ciertas personas y luego fui donde el Profeta (la paz y las bendiciones de Dios sean con él) y se lo mencioné. Me preguntó: ‘¿Se lo has contado a alguien?’. Dije: ‘Sí’. Comenzó entonces a alabar a Dios, le agradeció y nos dijo: ‘Tufail ha soñado algo, y se lo ha contado a algunos. Vosotros expresáis una frase la cual vacilaba en prohibírosla [por no recibir la orden de Dios para ello], no digáis: ¡Lo que quiera Dios y Muhammad!”. 

 

Por: Yusuf Ibn Ibrahim Asayir

Traducido por: Muhammad Kanafani & Zahra Ibáñez 

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