La amabilidad con los no musulmanes Y sus efectos sobre la invitación al camino de Allah

La amabilidad hacia los no musulmanes en las sociedades musulmanas es una de las vías fundamentales para invitarlos al Islam, ya que el Islam incita al buen trato con los no musulmanes, tanto aquellos que viven en países musulmanes como quienes están bajo tratados de paz con ellos. Allah [enaltecido sea] dice (interpretación del significado): “En cuanto a aquellos que no os combaten por causa de [vuestra] religión, ni os expulsan de vuestros hogares, Allah no os prohíbe que seáis amables y equitativos con ellos: pues, realmente, Allah ama a quienes son equitativos.” [Al-Mumtahana:8]

La presente aleya establece la base del trato hacia los no musulmanes pacíficos. Las normas que conlleva siguen vigentes y no han sido abrogadas. Dijo el Sheij Abdulaziz Bin Baz, que Allah lo tenga en Su misericordia: “este versículo expresa el beneplácito para tratar bondadosamente y caritativamente a los no musulmanes que se encuentren en estado de paz mediante un acuerdo, un salvoconducto o un pacto de convivencia en territorios musulmanes.”

 

El Corán y la Sunnah incitan a su buen trato:

El sagrado Corán contiene numerosos pasajes que insisten en la necesidad de tratar bien a la gente a través de nuestras palabras y acciones. Dichas aleyas exigen la justicia con ellos. Dice Allah, glorificado sea (interpretación del significado): “Ciertamente, Allah ordena la justicia, hacer el bien, y la generosidad para con el prójimo” [An-Nahl: 90]

Asimismo, Allah, alabado sea, dice (interpretación del significado): “hablaréis a la gente de buena manera” [Al-Baqara:83] además de muchos otros pasajes similares. 

En cuanto a la Sunnah, encontramos en ella abundantes pruebas e incitaciones al buen trato y a la justicia con los no musulmanes. También contiene un número de textos que demuestran las consecuencias de la injusticia, especialmente con los no musulmanes. El Mensajero de Allah –que la paz y las bendiciones de Allah sean con él- amenaza a quienes les son injustos y les promete que será él su rival en el Día del Juicio. El Mensajero de Allah, que la paz y las bendiciones sean con él, dice por ejemplo:

“Yo seré el rival en el Día del Juicio de quien sea injusto con un no musulmán amparado por un acuerdo, le usurpe algo, le encargue por encima de sus posibilidades, o le quite algo sin su beneplácito.”

Y encontramos en Sahih Al Bujari que Umar, que Allah esté complacido con él, decía: “Os encomiendo aquellos que están bajo la protección de Allah, pues están también bajo la de vuestro Profeta.”

Solía también decir: “Le confío al califa que me suceda tratar bien a los no musulmanes que viven entre nosotros. Que sea fiel a sus acuerdos, que luche contra sus enemigos y que no los cargue por encima de sus posibilidades.”

Los eruditos y los jueces siguieron este mismo método a la hora de aconsejar a sus califas y los incitaron a tratar afablemente a los no musulmanes. Así pues, viene en el Libro de los Tributos [Kitab Al Jaray] de Abu Yusuf sus palabras al Príncipe de los Creyentes Harun Al Rashid en las que le exhorta: “Es necesario, Oh Príncipe de los Creyente – Dios os favorezca-, que tratéis con bondad a los pueblos protegidos por vuestro Profeta y primo Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él. Así como aseguraros esmeradamente de que no sean tratados injustamente, perjudicados, cargados por encima de sus capacidades, y de que no se les quite nada de sus haciendas excepto por un derecho que ellos deban.”

 

Es preciso diferenciar entre el buen trato y la doctrina de Al wala’ wal bara’ [La lealtad y el desligamiento]

Es digno mencionar aquí el hecho de que hay una diferencia entre la amabilidad lícita por una parte, y por otra, la lealtad y la adhesión ilícita. Existe un contraste obvio entre el buen trato a los no musulmanes que están amparados por un acuerdo y entre sentir afecto en nuestros corazones por ellos. Puesto que la incitación a tratarlos con bondad y compasión no conlleva en absoluto su amor. 

De hecho, Allah, alabado sea, nos encomienda tratar bien a los padre no musulmanes, aunque nos disuade de amar a los padre o hijos que hayan preferido la incredulidad a la fe. Dice, glorificado sea (interpretación del significado): “No encontrarás a nadie que crea [de verdad] en Dios y en el Último Día, que [al mismo tiempo] ame a quien se opone a Dios y a Su Enviado –aunque se trate de sus padres, sus hijos, sus hermanos o el pueblo que los ampara.” [Al-Muyadala:22] 

Y respecto a los padres dice, exaltado sea (interpretación del significado): “'[Venera a tus padres;] pero si se empeñan en hacer que atribuyas divinidad, junto conmigo, a algo que desconoces, no les obedezcas; pero [aún así] acompáñales de forma honorable en esta vida.” [Luqman:15]

Dijo Ibn Hayar, que Allah esté complacido con él: “La amabilidad, los vínculos familiares y la caridad no conllevan el amor y el afecto desaconsejables.”

 

Maneras aprobadas por el Islam para mostrar el buen trato 

Lo arriba mencionada evidencia que la amabilidad para con los no musulmanes es uno de los asuntos cruciales en su invitación al Islam y para hacerlo atractivo a ellos. Algunas vías permitidas por Allah en este ámbito son las siguientes:

 

Primera: la caridad

Es lícito que un musulmán ofrezca su caridad - distinta al azaque - a un vecino no musulmán. Y ello por la aleya que se menciona anteriormente. De hecho, Umar, que Allah esté complacido con él, pasó en su camino hacia Jerusalén por unos cristianos leprosos. Entonces, ordenó que se les dé en caridad y que se les alimente.  

 

Segunda: los vínculos familiares, el intercambio de regalos y la buena vecindad

El mantenimiento de los vínculos familiares es uno de los modales loables para cualquier persona de raciocinio y en toda religión. Y no hay nada malo en que el musulmán visite a un no musulmán tanto si es próximo como si es lejano. Más encomendable aún es mantener los vínculos con los padres tal y como se mencionó arriba en el versículo. Y en Sahih Al Bujari, dijo Asma’ Bint Abu Bakr –que Allah esté complacido con ella- : “Vino mi madre al Mensajero de Allah, que la paz y las bendiciones sean con él, siendo ésta pagana. Entonces, pregunté al Mensajero de Allah, que la paz y las bendiciones sean con él diciendo: “Mi madre ha venido en búsqueda de algo, ¿debo visitarla?” Dijo: “Sí, visita a tu madre.””

Dijo Ibn Hayyar: “al decir “en búsqueda de algo” se refiere a que vino para llevarse alguna cosa, pero que se mantenía en su idolatría.”   

Es por ello que Asma’ pidió permiso para visitarla, ya que si hubiera estado [su madre] interesada en el Islam, Asma’ no habría pedido permiso para hacerlo.

De la misma manera que es lícito visitar a los más cercanos y obsequiarlos con regalos, es también lícito aceptar sus regalos, puesto que el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, aceptó el regalo de Zainab Bint Hariza, mujer judía y esposa de Salam Bin Mushkim en la ciudad de Jaibar, quien le regaló una oveja asada envenenada tal y como encontramos inequívocamente en la Sunnah.

Dijo Bin Baz, que Allah lo tenga en Su misericordia, se los debe tratar con bondad [es decir a los no musulmanes], ser caritativos con ellos si son pobres, ofrecerles regalos si son ricos, aconsejarles aquello que los beneficie, puesto que son cosas que pueden generar en ellos interés por el Islam y entrar en él.  

 

Ayudar a los necesitados es una manera de su buen trato

También se puede ayudar a los necesitados tanto haciéndose uno cargo de sus pobres o sus ancianos. Esta es la senda que siguieron los Califas Guiados en las primeras décadas del Islam en su trato con los no musulmanes. Así pues, durante el califato de Abu Bakr, que Allah esté complacido con él, Jalid Ibn Al Walid, que Allah esté complacido con él, le envió una misiva acerca del acuerdo de protección a la gente de Al-Hira en Irak – que eran cristianos –. Dijo en ella: “Y he establecido para ellos que cualquier anciano que sea incapaz de trabajar, que haya sido afligido por alguna adversidad, que haya sido rico y haya quedado empobrecido, aunque reciba donaciones de sus familiares, lo exentaré de pagar el tributo y será mantenido por la Tesorería de los musulmanes tanto él como los familiares que estén a su cargo.” 

Y durante el califato de Umar Ibn Abdulaziz, que Allah lo tenga en Su misericordia, envío éste una carta a Udayy Ibn Arta’a: “Busca entre quienes estén bajo tu dominio de entre los no musulmanes a quienes sean de edad avanzada, escasos de fuerzas y de pocos ingresos, dales de la Tesorería de los musulmanes aquello que enmiende su situación.”

 Ello incluye el socorro de los afligidos y el auxilio de los necesitados de entre ellos. Asimismo, no hay nada malo en ayudar, si se da el caso, a quienes sufran enfermedades o hayan quedado desamparados en su camino de viaje. Dice el Sheij Muhammad Bin Al-‘Uzaimin, que Allah lo tenga en Su misericordia: “No hay nada de malo en ayudar a los no musulmanes con sus menesteres mientras ello no conlleva una desobediencia [al Creador.]”

 

Visitar  sus enfermos y ofrecerles condolencias por sus difuntos

Una forma de tratarlos bien es visitando a sus enfermos. Los eruditos que lo han considerado lícito se apoyan en el hadiz que está en Sahih Al Bujari en el cual Anas, que Allah esté complacido con él, relata: 

“Enfermó un siervo judío que servía al Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él. Entonces, vino a visitarlo el Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, y le dijo: “Hazte musulmán.” Y entró al Islam.”

Y dice el ilustre Sheij Ibn Taymiyya: “No hay nada malo en visitarlo [es decir: al cristiano], de hecho, ello puede traer un beneficio e interesarle en el Islam.”

Algo que se deduce de lo anterior es que quienes invitan al camino de Allah deben centrar su llamada no solo en los mayores sino también en los menores tal y como hizo el Profeta, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él.

En cuanto a las condolencias, existen divergencias al respecto entre los eruditos. La opinión más fuerte es que depende de su beneficio. Dijo el Sheij Bin Baz, que Allah lo tenga en Su misericordia: “No hay nada malo en ofrecerles condolencias por su difunto si uno ve un beneficio lícito en ello.” Ibn Al-‘Uzaimin dijo: “Las condolencias son lícitas en caso de que haya un beneficio lícito en ellas.”

De hecho, se le preguntó al Sheij Bin Baz acerca de lo que se puede decir al ofrecer las condolencias, y contestó diciendo: “Se les puede decir: “Que Dios te fortalezca ante tu pérdida” o “Que Dios te compensa por tu pérdida”,  y palabras bondadosas parecidas. Y que no diga: “Que Allah le perdone” o “Que Allah lo tenga en Su misericordia” si el difunto no es musulmán. Que no pida por el difundo, sino que pida por la buena guía y paciencia para su familiar vivo.

Y que se sepa que el musulmán que invita al camino de Allah puede aprovechar la ocasión de ofrecer sus condolencias introduciendo serenidad y guía en los corazones de los no musulmanes e invitándolos de forma práctica, a través del ejemplo y las buenas palabras, puesto que es cuando los corazones se reblandecen y se ven afectados por las adversidades que es más probable que reconozcan la verdad. Y no hay orador más elocuente que la muerte.

Estos son algunos aspectos de dicha amabilidad apoyados por el Libro de Allah y la Sunnah y que pueden aprovechar con los no musulmanes aquellos que invitan al camino de Allah con el fin de hacer el islam atractivo a ellos y estimular su entrada en él.

Y Allah sabe más y mejor.

 

Fuente: http://ar.islamway.net/article/486

Traducido por: Hicham Oulad Mhammed

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